Katherina Goregliad Psicóloga – Terapeuta

La sociedad evoluciona y sus formas de comunicación también. Uno de los grandes cambios radicales, de estos últimos años se ha en las comunicaciones, especialmente en la manera de trasmitir los mensajes. Ahora hacemos uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (en adelante TIC) para expresarnos.

Haciendo uso de las TIC, la comunicación se torna globalizada e inmediata; no hay barreras de espacios geográficos que nos detengan. Hoy por hoy, nos comunicamos a través de las TIC como son el Facebook o Whatsapp. Ambos, solo mencionando dos de la gran variedad que existen (como por ejemplo Instagram, Snapchat, Skype), cuentan con herramientas que permiten trasmitir nuestros mensajes de forma directa, ya sea por escrito y/o de manera visual. Basta tener un dispositivo electrónico con internet y que cuente con el aplicativo de la red social de nuestro gusto para lograr la fórmula: emisor – mensaje – receptor. Lo más interesante que este procedimiento trae nuevos personajes como son el terapeuta, el conflicto emocional o cognitivo a tratar, y el paciente. La Psicoterapia se ha sumado al uso de las TIC. Si la sociedad evoluciona y sus conductas, ¿por qué no la Psicología?

Esta nueva forma de hacer terapia rompe la forma tradicional de estar “frente a frente” (hablando en términos físicos) con el terapeuta; hoy puedo estarlo, pero haciendo uso de un dispositivo con internet y una red social. Ahora podemos, los terapeutas, conocer el conflicto que presenta el paciente, trabajar sus emociones y hasta leer, a través de la pantalla, sus movimientos corporales.

Para que resulte la terapia, además de garantizar las herramientas mínimas tecnológicas para mantener la comunicación on line, es necesario el compromiso del paciente de “estar presente” en la terapia, y no solo hablamos del plano físico, sino desde el consciente.

El terapeuta debe estar preparado y ser sumamente cauteloso con la terapia on line; tiene que afinar, con mayor agudeza, la habilidad de la escucha activa y pulir la técnica de la observación. Debe crear el mismo ambiente cálido y confortable como lo hace en el consultorio psicológico; la labor no es para nada fácil.

Otra de las ventajas es que el paciente puede estar conectado con su terapeuta las 24 horas para hacerle cualquier consulta; por ejemplo, podemos responder a través de un mensaje de whatsapp y/o de Messenger. El paciente se siente con la comodidad de, por un lado, no esperar hasta la próxima cita para despejar la duda que se le ha presentado, sino lo puede hacer en tiempo real.

Es cierto que en nuestro país por ser multicultural y con diferencias económicas importantes, aún no existe el acceso total a Internet para todos, pero el proceso ya ha iniciado.

La necesidad de cuidar nuestra salud mental abrió nuevas opciones a la terapia psicológica; los psicólogos nos dimos cuenta que haciendo uso de las TIC podemos llegar a más gente esté donde esté.

 

En pocas palabras, estamos frente a una revolución porque abarca toda la comunicación en conjunto y genera, además, una nueva forma de hacer empresa pero, sobre todo, tener a mi terapeuta en mis manos. El perfil del nuevo terapeuta es aquel que maneja a la perfección el nuevo sistema de comunicación; es decir, hace uso de las TIC para lograr resolver los conflictos emocionales.

Hay cosas positivas en esta nueva forma de comunicación entre terapeuta y el paciente porque ya no existen barreras y porque vivimos en una verdadera sociedad globalizada.